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No hay más paz que la de Dios.

No hay más paz que la de Dios.

No hay más paz que la de Dios. 1. Deja de buscar. 2No hallarás otra paz que la de Dios. 3Acepta este hecho y te evitarás la agonía de sufrir aún más amargos desengaños o de verte invadido por una sombría desesperación y una gélida sensación de desesperanza y de...